Cada 5 de abril se celebra el Día de la Conciencia, una fecha que invita a hacer una pausa, bajarle dos rayitas al caos diario y preguntarnos: ¿Cómo estamos contribuyendo a un mundo más justo, pacífico y con más empatía?
Este día fue proclamado por la ONU en 2019 con la idea de recordarnos que la paz no empieza en los gobiernos ni en discursos bonitos… empieza en nosotros.
En cómo tratamos a los demás, cómo resolvemos conflictos, cómo reaccionamos ante las injusticias y qué tanto nos importan las cosas que pasan a nuestro alrededor.
¿Conciencia? ¿Y eso con qué se come?
Tranquilos, no se trata de ponerse místicos. Hablar de conciencia es pensar antes de actuar, ponerse en los zapatos de los demás y hacerse responsable de lo que decimos y hacemos.
Es dejar de pasar de largo ante lo que no nos afecta directamente, pero sí le duele a alguien más.
Ser conscientes es cuestionar lo que damos por hecho, incomodarnos un poquito y atrevernos a cambiar lo que no está bien, por más pequeño que parezca.
¿Y cómo se celebra esto?
Algunas personas meditan, otras organizan pláticas, talleres, actividades en sus escuelas o simplemente aprovechan el día para tener conversaciones que valen la pena.
También hay quienes comparten reflexiones en redes sociales o lanzan retos para vivir con más empatía y menos indiferencia.

• Escucha de verdad a las personas que tienes cerca. A veces solo eso hace la diferencia.
• No ignores lo que pasa en tu comunidad. Lo local también importa.
• Haz algo bueno sin esperar nada a cambio (sí, como cliché de película).
• Cuestiona tus privilegios. No es para culparte, es para usarlos con más empatía.
• Practica el famoso “piensa antes de hablar”… o postear.
Día Internacional de la Conciencia: En resumen…
El Día de la Conciencia no es para que todo el mundo se vuelva filósofo por un día.
Es una invitación a mirar hacia dentro, revisar qué estamos haciendo por los demás (y por nosotros mismos), y empezar a construir, poquito a poquito, una mejor versión del mundo.
CR