Estudiante pierde la vida presuntamente al caer del séptimo piso de un edificio

Daniel HernándezLa noche del jueves una joven de 18 años de edad murió tras aventarse por una ventana del séptimo piso del edificio ubicado...
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Festival en Israel se convierte en cementerio de cientos de personas

Esta es la historia de una joven que logró sobrevivir a un terrible ataque

 

Redacción

Van al menos 260 cuerpos ya fueron recuperados por los servicios de emergencia israelíes de una zona donde cientos de jóvenes disfrutaban de un festival.

 

Se trató de un evento de música electrónica que se celebrara en la madrigada, cuando miembros del grupo islamista palestino Hamas irrumpieron disparando.

 

ZAKA, un grupo de voluntarios que se ocupa de recuperar los restos humanos tras ataques y otros desastres, confirmó este domingo a medios israelíes que hasta ahora se han recogido más de 260 cuerpos

 

Entre los cientos de jóvenes que se encontraban en el sitio, esta Gili Yoskovich, quien se escondió detrás de un árbol mientras los hombres armados abrían fuego a cualquiera que se encontraban.

 

Según lo narrado por esta joven, en medio del caos logró subirse a su auto y manejar lejos del lugar, sin embargo, le comenzaron a disparar, por lo que dejó el coche y corrió hasta buscar un escondite, encontrando una zona con árboles y ahí se quedó.

 

“Fue el segundo escondite que encontré y los atacantes estaban justo a mi alrededor. Iban de árbol en árbol y disparaban. Por todas partes. Desde dos lados. Vi gente muriendo por todas partes”, dijo Yoskovich.

 

 

La joven dijo que se encontraba “muy tranquila”. “No lloré, no hice nada. Respiraba, diciendo: ‘Está bien, voy a morir. Está bien, solo respira, cierra los ojos’, porque estaban disparando por todas partes, estaban muy cerca de mí”, indicó.

 

La tortura del momento duró cerca de tres horas, hasta que Yoskovich escuchó los helicópteros, pensando que el ejercito bajaría a salvarlos pero no fue así.

 

Tiempo después escuchó a personas hablar, se aseguró que fueran militares y se acercó con las manos en alto para no ser confundida.

 

Los uniformados la subieron a un vehículo para transportarla lejos de la zona, mientras ella veía a cientos de asistentes muertos.