Sí, lo sé, soy muy ingenuo. Luego meto bien cabrón la pata por andar pensando en planes alternos, en complots, haciendo suposiciones cuando bien dice mi amigo el gran político, que lo obvio no están obvio o puede ser lo más lógico.
Durante meses me la pasé pensando que “seguramente Sergio Salomón tiene un as bajo la manga”.
“Se me hace que le dará atole con el dedo a Julio Huerta, Sergio es muy listo”.
“No, yo creo que Sergio sí se la jugará con Armenta, pues tienen un chingo de amigos en común”.
“No, Sergio ya está con Morenacho. Muchos de la estructura de él ya andan en el gobierno del estado”.
Y así infinidad de chaquetas mentales me hice una y otra vez para, según yo, adivinar los planes de Sergio Salomón Huerta y desestimar la alianza, hermandad, fraternidad, el pacto de sangre con Julio Huerta.
Claro, debo de dejar de pensar por los demás, y menos aseverar que algo harán, a final de cuentas cada cabeza es un mundo y lo más obvio termina siendo lo lógico. Julio Huerta es para Sergio Salomón el plan A, B, C, D, E, F y todo el abecedario.
En las últimas tres semanas ha tenido tres reuniones con diputados, alcaldes y estructura del estado en las que no se ha cansado de decirles que va con Julio, que esa es la línea y pobre del que se equivoque.
Ya todos entendieron. Ya todos saben lo que tienen que hacer. Desde la Sierra Norte de Puebla hasta la Mixteca, desde la Sierra Nororiental de Puebla hasta la Sierra Negra y a partir de esta semana empezará a funcionar la maquinaria para posicionar al primo del exgobernador Miguel Barbosa.
Hasta el desayuno de la unidad tuvo como objetivo el posicionamiento de Julio Huerta. Por supuesto, los barbosistas que aspiran a coordinar los trabajos de la Defensa de la 4T en Puebla estuvieron ahí muy puntuales, pero el mensaje más allá de la unidad fue que tienen un bloque, que todos estarán alineados a Julio.
Así que dejaré de hacerme mis chaquetas mentales, ya comprendí que mi amigo Sergio Salomón quiere bien a su amigo Julio Huerta. Y que lo apoyará moralmente en todo lo que necesite.
¡Palabra de Dios!