¡México se transformó, adiós al país de la mentira!
Recuerdo el México del 2008. Un país secuestrado por la élite, gobernado por la derecha insensible que se jactaba de su linaje y despreciaba al pueblo.
Eran tiempos en los que la “sangre azul” derrochaba millones, mientras millones de familias luchaban por sobrevivir. Viví de cerca la arrogancia de aquellos que creían que el poder les pertenecía por derecho y miraban por encima del hombro a quienes les recordaban sus verdaderos orígenes humildes.
La política, para ellos, era un juego de apariencias. Vi cómo se ponían la máscara del “pueblo”, ensayaban sonrisas, abrazaban sin convicción y prometían sin intención. Esa farsa de cercanía duraba lo que una campaña, porque después volvían a sus cúpulas de privilegio, dejando al pueblo en el olvido.
Fui testigo del racismo disfrazado de cortesía, de las miradas despectivas a quienes no vestían con marcas extranjeras o no hablaban con acento pulido.
Vi cómo la derecha utilizaba el miedo y la mentira para dividirnos, para perpetuar su poder. Nos llamaron “nacos”, “morenacos”, “ignorantes”, creyendo que podrían silenciar la dignidad de un pueblo que nunca ha dejado de luchar.
México se levanta. Hoy somos testigos de una transformación profunda que nace desde abajo, desde el corazón del pueblo. Esa fuerza colectiva que antes intentaron apagar hoy es un fuego imparable. Somos herederos de las luchas históricas, de los que dieron su vida por la justicia y la igualdad.
Hoy gobierna el pueblo, y con él, la esperanza. La Cuarta Transformación ha devuelto la dignidad a millones de mexicanos, rompió los privilegios de las élites y ha puesto por delante el bienestar de quienes siempre fueron olvidados.
Mientras celebramos los primeros 100 días del gobierno de Claudia Sheinbaum, la primera presidenta de México, también recordamos que han pasado 100 días desde que el presidente más humanista de nuestra historia, Andrés Manuel López Obrador, nos dejó un gran legado, su espíritu de lucha sigue transformando corazones.
Sus enseñanzas viven en cada política que pone al pueblo en el centro de las decisiones, en cada programa social que rescata a los más necesitados, en cada mexicano y mexicana que hoy camina con dignidad.
Cada paso es un golpe al viejo régimen, una victoria contra el desprecio de la derecha. Ya no hay espacio para la hipocresía, porque hoy la política tiene rostro de pueblo, manos de obrero, voz de estudiante y alma de mujer luchadora.
Hoy México camina con la frente en alto. La historia nos exige no retroceder, porque no podemos permitir que aquellos que traicionaron a la patria vuelvan a decidir por nosotros. El país de la mentira quedó atrás.
Hoy vivimos el México real, el México de los trabajadores, de los campesinos, de los estudiantes, de las mujeres valientes, de los pueblos originarios. El México que no olvida y que sigue construyendo su futuro con dignidad.
¡Que nunca más nos arrebaten la patria!
Porque México es del pueblo, y el pueblo ya despertó.
¡México se transformó!