Por: Sergio Angelo
En la lucha política todos los que juegan tiene garras y deben tener fuerza como tigres y
leones, me recuerda a la inmortal frase de Winston Churchill: “El éxito no es definitivo, el
fracaso no es fatal: lo que cuenta es el valor para continuar”. Así hemos visto en esta
primera semana de campañas en Puebla, una auténtica demostración de fuerza y
persistencia.
Por un lado, Alejandro Armenta, como un león que conoce su terreno, usó su ventaja en
las encuestas para apuntalar a Pepe Chedraui en la capital. Visitó juntas auxiliares clave
como San Jerónimo Caleras y San Pablo Xochimehuacan, demostrando esa mezcla de
astucia y fuerza que caracteriza a estos majestuosos felinos. Su presencia en San Felipe
Hueyotlipan, aunque sin gran convocatoria mediática, reunió a miles, evidenciando el
magnetismo y el poder de convocatoria de un líder natural, Su estrategia parece reflejar la
sabiduría del refrán japonés: “Incluso el león más poderoso debe defenderse contra las
moscas”.
En contraste, Eduardo Rivera, moviéndose con el sigilo de un tigre en cacería fue en busca
de nuevos territorios, donde ante la falta de estructura panista se dirigió al interior del
estado, donde Rivera busca fortalecerse con los remanentes de la estructura priista,
visitando Chignahuapan con Lorenzo Rivera y aliándose con el PSI en Zacatlán junto a
Eloísa Barrios.
En esta selva política, donde leones y tigres buscan su lugar, es crucial recordar otra frase,
esta vez de Aesop: “Es fácil ser valiente desde una distancia segura.” Armenta, con su
estrategia, parece estar tomando la delantera tomando con fuerza la capital del estado,
mientras que Rivera, apelando a tácticas más sigilosas con su estructura.
Este juego de estrategia, poder y astucia es fascinante, queridos lectores. Mientras los
tigres y leones de la política poblana marcan su territorio, nosotros observamos atentos.
¿Quién se impondrá en esta batalla? ¿El tigre ágil y sigiloso o el león, símbolo de fuerza y
poder? En la política, como en la selva, solo los más adaptados sobreviven.
Desde el arranque, Alejandro Armenta ha mostrado su apoyo y unidad en favor de todos
los candidatos de la alianza ”Sigamos Haciendo Historia“, como ejemplo su arranque
simbólico fue con Pepe Chedraui en el Zócalo de Puebla.
Por otro lado, ¿dónde estaba Eduardo Rivera? Eligio iniciar campaña con un video en redes
sociales que no transmitió la fuerza ni la pasión esperada por los simpatizantes del frente
“Mejor Rumbo para Puebla”. Esto me recuerda aquella frase de Muhammad Ali: “Los
campeones no se hacen en los gimnasios. Los campeones se hacen de algo que tienen en
su interior: un deseo, un sueño, una visión”.
Aquí, mis amigos, es donde la estrategia se vuelve crítica. Mientras Armenta muestra su
arraigo y su conexión con los poblanos por sus años de experiencia recorriendo todo el
estado de Puebla, Rivera parece luchar por establecer un vínculo similar. Recordemos las
sabias palabras de Napoleón Bonaparte: “La victoria pertenece al más perseverante”. La
persistencia de Armenta en fortalecer las bases morenistas contrasta con los esfuerzos de
Rivera por ganar terreno.
En esta contienda, cada movimiento, cada elección de estrategia cuenta. Como dijo Sun
Tzu: “Quien sabe resolver las dificultades las resuelve antes de que surjan. El que se
destaca en derrotar a sus enemigos triunfa antes de que se materialicen sus amenazas”.
Así, queridos lectores me despido en esta primera semana de campañas, espero esta
columna sea de su agrado y nos lean la próxima semana.
