No cabe duda de que, en materia de comunicación política, estamos rete rezagados en comparación con Estados Unidos. Allá la guerra de encuestas fue un tema de finales de los 80’s y en la década de los 90’s.
Recuerdo que cuando inicié como reportero, por allá de 2006, era imposible que un medio de comunicación en Puebla tuviera una encuesta. Se las daban los equipos de los candidatos a los medios más exclusivos.
Ahora ya es una estrategia burda y que la siguen empleando los equipos de los aspirantes a un cargo de elección popular. Ya vimos que la estrategia está más que quemada, pero insisten en generar la percepción.
Ya hasta el gobernador Sergio Salomón se burló de las encuestas, dijo que son de quien las paga y que, hasta el momento, al menos en Morena no hay nada para nadie. La moneda sigue en el aire.
Pese a eso, todos los días vemos encuestas por todos lados. Ya es una guerra. Y luego, hasta se sacan de la manga nombres de encuestadoras y hasta las metodologías.
Ya vimos estas guerras en años anteriores y de verdad que no funcionan de nada; al contrario, resultan contraproducentes para quien invierte tanta lana en encuestas.
Digo, está bien aplicar alguna para saber en dónde están parados, pero de eso a sus salgan como tortillas, pues lo único que provocan los promotores de estas, es que les restan seriedad.
Así que amigos morenistas que aspiran a la Coordinación de Defensa de la 4T en Puebla, en lugar de estar publicando encuestas a diestra y siniestra, mejor recorran las calles y los pueblos.
