Con amor, poblanos honran a sus difuntos mientras adornan sus tumbas en el Panteón Municipal durante su visita al mundo terrenal tras su viaje desde Mictlán.
Cientos de personas se dieron colocaron flores de cempasúchil y terciopelo, para que con su aroma guíen a sus difuntos en este Día de Muertos.
Acento 21 acudió al Panteón Municipal de Puebla, donde resaltaban los colores naranja y morado por los arreglos en las lápidas de los difuntos.
La música y el olor a incienso son característicos del lugar en esta fecha, pues mariachis, un organillero y las tumbas visitadas cuentan con incienso y amenizan el ambiente.
Algunos familiares también traen bocinas para reproducir música, aunque sea a un volumen bajo, principalmente las canciones que escuchaban sus difuntos en vida.
Desde temprano, llegó Martha Patricia para recordar a su abuelito Filiberto y a su tío Manuel. Ella no quiere olvidarlos, pues señaló que ambos le regalaron momentos inolvidables en vida.
Contó que fue su madre quien le heredó esta tradición y le enseñó que no puede olvidar a sus difuntos. Actualmente solo quedan ella y sus hijas para recordar y honrarlos.
Desde hace una semana, su familia se preparó para recibir a sus difuntos, pues acudió a comprarles flores y veladoras para guiar su camino.
En la ofrenda que colocó en su casa, les puso sus platillos favoritos: mole, tamales, coca y un caballito de tequila a cada uno para brindar durante su visita.
“Recordar es volver a vivir, entonces estamos recordando lo que hacían, como compartían con nosotros. En el momento sí llega mucha la nostalgia, pero más que nada darle gracias a Dios de que nos está permitiendo venir a visitarlos al panteón y recordarlos con mucho amor”, expresó Martha.
Desde hace 50 años, ella y su familia tienen la tradición de visitar a sus difuntos en el Panteón Municipal.
Poblanos honran a sus difuntos: Visitantes del Panteón Municipal de Puebla recuerdan a “Meche” con juguetes y flores
Meche, como la identifican todos los que con frecuencia acuden al Panteón Municipal para visitar a sus familiares, no es olvidada por los asistentes.
María Mercedes es una de las difuntas más jóvenes que se encuentran en el cementerio, pues falleció con cinco días de nacida en 1880.
Ella no tiene quien la recuerde, pero los trabajadores del panteón y visitantes no la olvidan y le ponen cempasúchil y juguetes para que pueda cruzar desde Mictlán.
Una visitante aprovechó para ponerle una flor blanca tras visitar a su difunto, y con otros asistentes al panteón expresaron: “Hay que recordar a Meche, no podemos olvidar a la pequeña”.
Las leyendas cuentan que incluso en las noches se escuchan llantos de bebé en el lugar, junto a las risas de otros niños que también fueron enterrados en esta zona.
