La escasez de agua en Puebla alcanza niveles críticos mientras los pozos se secan y la privatización del recurso por parte de Eduardo Rivera genera controversia. En medio de esta crisis, los residentes de la ciudad y el área metropolitana enfrentan dificultades para acceder a un suministro adecuado.
Los informes muestran que la disponibilidad de agua en los pozos locales está disminuyendo rápidamente, exacerbada por la gestión privatizada del recurso hídrico. Eduardo Rivera, en el centro de la polémica, ha sido objeto de críticas por su papel en la privatización del agua, lo que ha generado preocupaciones sobre la equidad en el acceso al vital líquido.
A medida que los pozos se agotan, los municipios y el área metropolitana luchan por mantener un suministro constante de agua. El servicio de pipas, destinado a suplir la demanda en momentos de escasez, se ve rebasado, dejando a hogares y negocios sin la cantidad necesaria para sus actividades diarias.
El aumento en el costo de las pipas de agua agrava aún más la situación, dejando a los más vulnerables en una situación precaria. La crisis de agua en Puebla no solo amenaza el bienestar de la población, sino que también destaca la urgencia de abordar la gestión sostenible del recurso hídrico en la región.