Inicio Opinión Primero modernización, después vemos el aumento

Primero modernización, después vemos el aumento

En el cierre de la administración estatal pasada, los concesionarios del transporte público iniciaron un movimiento para aumentar la tarifa.

El exgobernador Sergio Salomón sabía que no era un tema que debía resolver su administración y tocó la puerta con el entonces gobernador electo, Alejandro Armenta, quien fue claro al negar el incremento.

Razones de sobra existen, pero la principal es el pésimo servicio que se brinda en Puebla, con unidades obsoletas y choferes que se sienten dueños de las calles.

Los concesionarios patalearon y amagaron con un paro y una manifestación. Solo fracasaron y demostraron que no tienen el respaldo de todo el gremio.

modernización del transporte en Puebla
Modernización del transporte en Puebla / Gran Angular

Ya en funciones como gobernador, Alejandro Armenta sacó un as bajo la manga para controlar a los rijosos del transporte público.

Cada año salen de circulación miles de unidades porque cumplen con la antigüedad marcada en la Ley del Transporte del Estado de Puebla.

En el caso de las unidades de transporte público, la antigüedad en 2025 es a partir de 2017 para el servicio urbano y de 2015 para el suburbano. Para los taxis, el periodo es de siete años de antigüedad.

El gobierno de Puebla les dio una prórroga de seis meses para seguir circulando y realizar el cambio de unidades hasta julio de 2025, con la finalidad de no afectar de golpe a los concesionarios.

El gobernador Alejandro Armenta puso en jaque a los transportistas de Puebla con esta medida que los beneficia directamente.

¿Van a pedir aumento al transporte cuando son incapaces de modernizar?

¿Qué argumento darán para volver a pedir un incremento en la tarifa?

El mensaje es claro: si no modernizan, no aumentarán la tarifa.

A pesar de ello, los concesionarios pusieron en la mesa eliminar el descuento a estudiantes y adultos mayores. Nuevo error de negociación.

En 2019, el gobierno lo hizo al revés, y el resultado fue desastroso. Se aumentó el pasaje a cambio de la instalación de sistemas de videovigilancia.

Los transportistas no cumplieron con su parte, pues son pocas las unidades que circulan con cámaras para al menos identificar a los maleantes que atracan a los pasajeros en Puebla.

Los concesionarios no se han dado cuenta de que lo que está obsoleto es el modelo hombre-camión. Ahora se necesitan empresas que brinden el servicio para mejorar la calidad.

Es momento de modernizar y terminar con choferes que ganan al día, sin prestaciones, para tener un transporte de calidad en favor de los millones que lo utilizan a diario.

JM

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