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La Selva Política de Puebla, una historia de Tigres y Leones | El León de Nemea

Por: Sergio Angelo En la lucha política todos los que juegan tiene garras y deben tener fuerza como tigres y leones, me recuerda a la inmortal...
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México se impone: el futuro nos exige soberanía económica

El reciente episodio de tensiones comerciales entre México y Estados Unidos ha sido una prueba de fuego para la relación bilateral.

Donald Trump, fiel a su estilo, intentó presionar a México con la amenaza de un arancel del 25%, buscando imponer su agenda en materia de migración y seguridad.

Sin embargo, la realidad económica se impuso sobre la retórica política: Estados Unidos necesita a México tanto como México necesita a Estados Unidos.

En cuestión de días, la Casa Blanca dio marcha atrás y anunció que México quedaba exento de pagar aranceles en todos los productos dentro del T-MEC. El mensaje fue claro: afectar a México significa afectar a la economía estadounidense.

Las cadenas de suministro, la producción industrial y el comercio bilateral son tan estrechos que cualquier intento de ruptura solo generaría caos y pérdidas millonarias en ambos lados de la frontera.

El giro en la postura de Trump no fue un gesto de buena voluntad, sino el reconocimiento de que el proteccionismo extremo puede ser contraproducente.

Fue una victoria para México, pero también una llamada de atención: nuestra economía sigue siendo vulnerable a las decisiones de Washington.

México y Estados Unidos: Socios estratégicos, no adversarios

Estados Unidos es una gran potencia económica y México es su principal socio comercial. Ambos países han construido una relación de interdependencia que va más allá de los gobiernos y las ideologías.

  • Estados Unidos es un gigante en tecnología, innovación y consumo.
  • México es una potencia en manufactura, agroindustria y exportaciones.
  • Ellos invierten capital, nosotros producimos bienes y servicios.

El comercio entre ambos países supera los 800 mil millones de dólares al año, con más de un millón de dólares en bienes cruzando la frontera cada minuto.

El 80% de nuestras exportaciones van a EE.UU., pero también somos el segundo mayor comprador de productos estadounidenses. Esta relación no es unilateral; es una sociedad económica que ha generado crecimiento y estabilidad en toda la región.

Trump pensó que podía presionar a México con un golpe económico, pero sus propios empresarios, gobernadores y asesores le dejaron claro que una guerra comercial con México sería un error costoso.

La competitividad de Estados Unidos depende de las exportaciones e importaciones mexicanas. México no es solo un socio comercial, es un pilar de la economía norteamericana.

Fortalecer nuestra economía para que ningún país nos someta

Si esta crisis dejó algo en evidencia, es que México sigue siendo vulnerable a las decisiones de Washington. Aunque la amenaza de aranceles se desactivó, el riesgo sigue ahí.

Hoy fue Trump, mañana podría ser cualquier otro presidente o evento internacional el que sacuda nuestra estabilidad. No podemos vivir con la incertidumbre de qué pasará en la Casa Blanca cada cuatro años.

México debe tomar el control de su futuro y reducir su dependencia. Para ello, es fundamental reforzar tres pilares económicos:

  1. Recuperar y fortalecer la industria nacional

México no puede seguir siendo solo la fábrica de Estados Unidos. Es necesario que las empresas mexicanas produzcan más para el mercado interno, desarrollen tecnología propia y fomenten la inversión en sectores estratégicos.

En los años 80, México tenía una industria textil, automotriz y de electrodomésticos fuerte. Con la apertura indiscriminada al comercio exterior, muchas de estas industrias desaparecieron. Es hora de recuperarlas.

  • Las empresas mexicanas deben saber que tienen 130 millones de consumidores dentro del país.
  • El trabajo mexicano debe enriquecer a México, no solo a Wall Street.
  • Si podemos fabricar para Estados Unidos, podemos fabricar para nosotros mismos.
  1. Lograr la autosuficiencia alimentaria

México, el país del maíz, importa maíz. Esta dependencia es un riesgo.

  • El 56% del trigo que consumimos viene del extranjero.
  • El 86% del arroz que comemos es importado.
  • El 96% de la soya proviene de otros países.

Si Estados Unidos decide cortar el envío de maíz amarillo, la tortilla se encarece. Si suben el precio de la leche en polvo, se afecta la nutrición de miles de familias mexicanas.

Es fundamental garantizar la autosuficiencia alimentaria con políticas que fortalezcan el campo mexicano. Ningún país verdaderamente soberano depende de importaciones para su alimentación.

  • México debe producir su propio maíz, frijol y trigo.
  • Se debe fomentar la inversión en el sector agropecuario.
  • El gobierno debe garantizar precios justos para los productores nacionales.

Exportemos al mundo nuestros productos estrella, pero aseguremos que lo básico para el consumo nacional se produzca en México.

  1. Diversificar mercados para no depender de un solo país

México tiene 14 tratados de libre comercio con 50 países, pero sigue dependiendo en gran medida de Estados Unidos. Es momento de expandir nuestra presencia comercial en Europa, Asia y América Latina.

  • China, Alemania y Brasil han logrado diversificar sus mercados, México también debe hacerlo.
  • Debemos reducir la concentración de exportaciones en Estados Unidos.
  • Si vendemos más a Europa y Asia, ningún país podrá usarnos como ficha de negociación.

Si Trump entendió que México es clave para la economía estadounidense, el mundo también debe saber que México es un jugador global, no un país atado a un solo mercado.

Después del 2 de abril: ¿riesgo o nueva oportunidad?

El acuerdo logrado con Trump es temporal. El 2 de abril, Estados Unidos anunciará nuevas medidas arancelarias y no podemos depender de que la Casa Blanca tome la decisión correcta.

México debe actuar con visión de futuro. Esperar a ver qué decide Washington cada cuatro años no es una estrategia viable. El momento de fortalecer nuestra economía y consolidar nuestra soberanía es ahora.

El mundo está cambiando y nuestra economía debe cambiar con él. Si México fortalece su industria, desarrolla nuevas tecnologías y diversifica sus mercados, seremos un país que negocia en igualdad de condiciones, no una economía dependiente de la voluntad de otros.

México está de pie y el futuro lo escribimos nosotros

Hoy, Trump entendió lo que muchos mexicanos ya sabíamos: México no es un país que se puede amenazar con aranceles.

Somos un socio clave en la economía mundial y el pilar sobre el que se sostiene gran parte del comercio norteamericano.

Pero el reto no termina aquí. México no debe conformarse con esta victoria temporal. Debemos usar esta crisis como una oportunidad para transformarnos, para construir un país que no dependa de nadie más que de su propio esfuerzo y capacidad.

  • México no se arrodilla.
  • México no negocia su soberanía.
  • México avanza con dignidad y determinación.

El futuro no se trata de lo que Trump haga o deje de hacer. Se trata de lo que México decida hacer por sí mismo.

Porque a México se le respeta.
Porque México es grande y su destino está en sus propias manos.