El 11 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Montañas, una fecha establecida desde 2003 para resaltar la relevancia de estos ecosistemas.
Esta efeméride nació tras la adopción, en 1992, del Capítulo 13 del Programa 21 durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, y la designación de 2002 como el Año Internacional de las Montañas.
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— Universum Museo (@UniversumMuseo) December 11, 2024
Los ecosistemas de montaña abarcan el 27% de la superficie terrestre y benefician directamente a más de 900 millones de personas que habitan en ellas, además de a miles de millones que viven en llanuras gracias a los servicios ambientales que ofrecen:
- Agua dulce, esencial para más de la mitad de la población mundial.
- Recursos naturales como madera, plantas medicinales y espacios para actividades recreativas.
- Refugio de culturas ancestrales, cuyo vínculo con la Tierra fomenta la sostenibilidad.
Sin embargo, estas áreas enfrentan retos importantes como la pérdida del 22% de su cobertura de nieve en los últimos 35 años, lo que afecta la disponibilidad de agua.
De acuerdo con la UNESCO, hay 376 reservas de la biósfera en montañas, lo que resalta su importancia para la conservación global.
Puebla: Hogar de las montañas
Puebla, junto con el Estado de México, Morelos, Tlaxcala y Veracruz, alberga el Eje Neovolcánico Transversal, una de las regiones con las mayores elevaciones del país.
Este estado tiene el orgullo de contar con cinco de las seis montañas más altas de México:
- Pico de Orizaba (Citlaltépetl): Con 5,610 metros, es la montaña más alta de México. Este volcán se ubica principalmente en Puebla y está protegido desde 1937 como Parque Nacional.
- Volcán Popocatépetl: Alcanzando los 5,500 metros, se encuentra entre Puebla, Estado de México y Morelos.
- Iztaccíhuatl: Con 5,220 metros, comparte límites entre Puebla y el Estado de México. Su área es parte del Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl, declarado Reserva de la Biósfera por la UNESCO en 2010.
El Pico de Orizaba, conocido como “Cerro Estrella” por los aztecas, y el Popocatépetl, un volcán activo, son símbolos de la riqueza natural y cultural del estado.
Estas montañas no solo ofrecen belleza escénica y oportunidades recreativas, sino que también son esenciales para la biodiversidad y el sustento de las comunidades locales.