Lucía Yáñez, exjugadora del Club Puebla Femenil, rompió el silencio tras haber dejado el equipo y el país debido a una campaña de acoso en su contra.
A través de un comunicado, la futbolista desmintió a la directiva del club, asegurando que nunca recibió un verdadero apoyo para enfrentar la situación, ni del cuerpo técnico ni de los directivos.
Yáñez reveló que, desde su primera temporada en el equipo, fue víctima de acoso, bullying y difamaciones en redes sociales. Ante esto, notificó a la directora técnica y a la directiva, quienes tomaron medidas mínimas, como bloquear algunos perfiles en redes sociales, pero no ofrecieron un respaldo efectivo.
Los ataques escalaron, llegando incluso a su domicilio y al Estadio Cuauhtémoc. En su domicilio, lanzaron piedras a su ventana, y durante un partido contra las Rayadas, se distribuyeron volantes difamatorios en su contra dentro del estadio.
La exjugadora pidió acceso a los videos de seguridad del estadio para identificar a los responsables de los volantes, pero el equipo no se los proporcionó. En lugar de eso, le dieron dos días de descanso y posteriormente dejaron de convocarla para los partidos.
Lucía decidió acudir a la Fiscalía General del Estado de Puebla para denunciar los hechos, pero no contó con el apoyo de la directiva.
Según Yáñez, en una grabación se escucha cómo le dijeron que fuera sola a presentar la denuncia. Finalmente, dos aficionados del equipo fueron quienes la acompañaron. A pesar de haber presentado evidencia, la Fiscalía no garantizó el avance de su caso.
Al sentirse sola y desprotegida, solicitó la liberación de su contrato, a lo que el club accedió sin pagarle los dos meses que le debían. Yáñez ahora busca una audiencia con la presidenta de la Liga MX Femenil para exponer su situación y prevenir que otras jugadoras sufran lo mismo.
Por su parte, el Club Puebla emitió un comunicado en el que aseguró haber apoyado a la jugadora en todo momento, incluyendo el acompañamiento para presentar su denuncia ante la Fiscalía.