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Feudalismo corporativo ataca mercado deportivo

Feudalismo corporativo ataca mercado deportivo
Feudalismo corporativo ataca mercado deportivo

Bien dicen que “nada se pierde, solo se transforma”, y esto pasa con viejas costumbres comerciales que regresan para demostrar que jamás se fueron, esto pasa con el ya aparentemente existo feudalismo.

Y no, no háblanos de señores feudales buscando nuevas tierras, si no de empresarios buscando nuevos terrenos comerciales.

Y es que, el término “feudalismo corporativo” se refiere a una estructura socioeconómica donde grandes corporaciones ejercen un control significativo sobre recursos y servicios, creando relaciones de dependencia similares a las del feudalismo medieval.

En este contexto, las empresas tecnológicas dominantes, conocidas como “Big Tech”, operan de manera que recuerda al sistema feudal de la Edad Media, acumulando poder y control sobre vastos territorios digitales.

En México, esta influencia corporativa se manifiesta en la tendencia de renombrar estadios deportivos con nombres de empresas patrocinadoras, lo que refleja la creciente presencia y control de las corporaciones en espacios públicos y culturales.

Un ejemplo reciente es el cambio de nombre del icónico Estadio Azteca, que, tras casi 60 años de historia, pasará a llamarse Estadio Banorte.

Este cambio surge de una alianza entre el banco mexicano Banorte y Grupo Ollamani, que incluye un financiamiento de 2,100 millones de pesos para modernizar el estadio de cara al Mundial de 2026.

El Estadio Cuauhtémoc de Puebla no tuvo un nombre original, sino que se llamó así desde su inauguración en 1968. Se le nombró así en honor a la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, que fue la empresa que más aportó a su construcción.
El Estadio Cuauhtémoc de Puebla se llamó así desde su inauguración en 1968. Su nombre es en honor a la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, que fue la empresa que más aportó a su construcción.

Otros recintos deportivos en México han experimentado cambios similares:​

  • Estadio BBVA: Anteriormente conocido como Estadio de Monterrey, adoptó el nombre de la institución bancaria BBVA tras un acuerdo de patrocinio.
  • Estadio Akron: El estadio de las Chivas de Guadalajara cambió su nombre en 2017 después de que la empresa de lubricantes Akron adquiriera los derechos de nombre.​
  • Estadio Chevron: En Tijuana, el estadio de béisbol, anteriormente llamado Estadio Gasmart y Estadio Calimax, fue renombrado como Estadio Chevron tras acuerdos con la compañía petrolera.

Esta tendencia de renombrar estadios refleja cómo las corporaciones buscan aumentar su visibilidad y presencia en la vida cotidiana de las personas, insertándose en espacios de gran relevancia cultural y social. Mientras que para algunas empresas es una estrategia de marketing efectiva, para ciertos sectores de la sociedad representa una pérdida de identidad y tradición asociada a estos recintos históricos.​

En resumen, el “feudalismo corporativo” se manifiesta en México a través de la creciente influencia de las corporaciones en espacios públicos, evidenciada por el cambio de nombres de estadios emblemáticos. Esta práctica destaca la intersección entre economía, cultura y poder en la sociedad contemporánea.

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