En la noche del viernes, se observaron auroras boreales en varias partes del mundo, incluyendo México, un fenómeno que no se había visto en esta región desde hace 165 años. Este espectáculo fue resultado de “condiciones geomagnéticas extremas”, combinadas con una serie de tormentas solares intensas ocurridas en las últimas 48 horas.
Según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, estas condiciones geomagnéticas extremas, que no se registraban desde octubre de 2003, podrían continuar afectando durante el fin de semana. Esta tormenta geomagnética, clasificada en la escala máxima G5, puede causar graves problemas en la red eléctrica, desde problemas de tensión hasta daños en transformadores y apagones completos.
Además, el Servicio de Clima Espacial México (Sciesmex), perteneciente al Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reportó afectaciones a satélites, telecomunicaciones y sistemas de posicionamiento global debido a las recientes tormentas solares. En particular, se destacó que en los últimos diez días, dos regiones activas en la superficie solar han emitido nueve fulguraciones clase X y siete tormentas solares, que incluyen eyecciones de masa coronal dirigidas hacia la Tierra.
Este conjunto de fenómenos no solo creó un bello espectáculo visual en el cielo sino también planteó riesgos significativos para infraestructuras críticas y servicios esenciales, marcando un recordatorio de la poderosa influencia del sol sobre nuestro planeta.
