Las altas temperaturas que han caracterizado la temporada de calor en Puebla han tenido un impacto evidente en la Laguna de San Baltazar. Este cuerpo de agua, un vaso regulador natural, se encuentra actualmente al 83 por ciento de su capacidad, lo que ha resultado en la completa sequedad de las zonas altas del embalse.
Durante la época de sequía, es común que el agua se evapore y que los niveles disminuyan, pero este año, debido al intenso calor, la evaporación ha sido aún más pronunciada, reduciendo el nivel del agua en un 17 por ciento adicional. Esta situación ha llevado a que las aves acuáticas, como patos y garzas, se vean obligadas a desplazarse hacia áreas donde aún hay agua.
Verónica Mastretta, directora de Puebla Verde, la asociación que ha estado a cargo de la conservación de la laguna durante más de 35 años, ha expresado su preocupación por el aumento de las temperaturas. Anteriormente, las máximas rondaban los 25 grados Celsius, pero en la actualidad han alcanzado hasta los 32 grados, exacerbando el proceso de evaporación del agua. Aunque los niveles actuales aún se consideran dentro de lo normal, Mastretta advierte sobre la necesidad de cuidar el medio ambiente y combatir el cambio climático para evitar futuras disminuciones en los niveles de agua.
Además del impacto del cambio climático, la contaminación también ha afectado la fauna y flora de la laguna. La falta de temperaturas frías ha provocado la proliferación de plagas en los árboles circundantes, lo que antes no ocurría. Asimismo, la contaminación ha generado un aumento en la concentración de aves en la laguna, ya que es uno de los pocos lugares donde todavía pueden encontrar peces para alimentarse. Esta situación ha llevado a una sobrepoblación de garzas, lo que plantea preocupaciones sobre el equilibrio ecológico en el área.
En resumen, la Laguna de San Baltazar enfrenta desafíos significativos debido a las altas temperaturas y la contaminación, lo que subraya la necesidad urgente de acciones para proteger este importante ecosistema.
