La Feria de la Gordita, también conocida como el Festival Gastronómico y Cultural de la Memela, regresa con su 14ª edición en la Junta Auxiliar de La Resurrección, en Puebla, el próximo 3 de abril, presentando una diversa selección de sabores que rinden homenaje a la rica tradición culinaria de la región.
Este evento, que se ha integrado como parte de la festividad patronal de la localidad, se llevará a cabo en la explanada de la Parroquia de La Resurrección del Señor, ofreciendo a los asistentes la oportunidad de explorar el universo gastronómico de las gorditas.
La gordita, un antojito mexicano característico por su forma gruesa y ovalada, se prepara con masa de maíz y puede incluir frijol, cocinándose en comal con manteca de cerdo para darle esa consistencia única y frita. Se sirve típicamente con salsa verde o roja, queso, cebolla y una variedad de rellenos como chicharrón, bistec y pechuga de pollo, entre otros, permitiendo a los comensales personalizar su elección según sus preferencias.
En esta edición de la feria, los visitantes pueden disfrutar de dos memelas gratuitas bajo la condición de comprar bebidas en el sitio, promoviendo así la experiencia culinaria. Además, los expertos cocineros mostrarán su habilidad en la preparación de estas delicias, desde las clásicas gorditas de chicharrón hasta versiones más innovadoras con rellenos gourmet, asegurando satisfacer todos los gustos.
Además del atractivo gastronómico, la feria también se amenizará con música desde las 15 horas, ofreciendo un ambiente festivo y energético que invita a los asistentes a disfrutar plenamente de la jornada. Ubicada en José María Morelos 20, la feria operará de 08:00 a 18:00 horas, con entrada gratuita, brindando así una accesible ventana a la cultura y tradición de Puebla.
Para quienes viajen desde el Centro Histórico de Puebla, el trayecto en automóvil dura aproximadamente 40 minutos, mientras que el transporte público ofrece varias rutas que facilitan el acceso al evento, permitiendo a los visitantes locales y turistas sumergirse en una experiencia que va más allá del paladar, conectando con la historia y comunidad local.