Este 15 de junio se cumplen 25 años del devastador sismo que sacudió Puebla en 1999, un evento que dejó una marca indeleble en la historia de la región. Con una magnitud de 7.1, el terremoto tuvo su epicentro en Tehuacán y causó estragos significativos, afectando tanto estructuras modernas como patrimonio histórico.
El sismo del 15 de junio de 1999 ocurrió a las 15:42 horas y tuvo una duración de 45 segundos. En este breve pero intenso lapso, se reportaron daños en más de 34,000 viviendas y múltiples edificios históricos en la capital poblana y alrededores. Entre las construcciones más afectadas estuvieron el edificio Carolino, la Biblioteca Palafoxiana, y varios templos como el de San Agustín y La Compañía.
Además de las pérdidas materiales, el sismo cobró la vida de 20 personas y dejó decenas de heridos. Muchas comunidades, especialmente en la Mixteca y el Valle de Tehuacán, enfrentaron graves daños en sus infraestructuras, incluyendo iglesias, escuelas y hospitales.
La respuesta al desastre involucró una intensa labor de rescate y reconstrucción, apoyada por el Fondo Nacional para Desastres Naturales (FONDEN) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para restaurar los edificios patrimoniales.
A 25 años de este trágico evento, persisten desafíos en la evaluación y mitigación de riesgos sísmicos en Puebla. Aunque se han realizado esfuerzos para mejorar la infraestructura y preparación ante desastres, la ciudad sigue recordando este día como un momento crucial que transformó la vida de sus habitantes y su paisaje urbano.