Por: Julián Mazoy
Si alguien desea hablar de poder en Puebla, de verdadero poder, no de juegos de niños, no de niños que pretenden jugar a algo que no comprenden, sino del poder real, crudo, que tiene la capacidad de moldear el destino de los hombres, ese alguien tendría que hablar de Alejandro Armenta.
Alejandro Armenta, ha heredado los valores de Andrés Manuel López Obrador, aprendió de él y se convirtió en su heredero moral en Puebla. Con el respaldo del presidente no es solo un político más. Está en camino de convertirse en el gobernador más influyente de la historia del estado. El gobernador que conquistó Puebla, todo Puebla, sin romper una sola ventana.
Jamás en la historia democrática de Puebla se había visto una gubernatura ganada con el 59% de los votos.
Jamás en la historia de Puebla se había presenciado triunfo en el 100% para los diputados locales.
Jamás en la historia de Puebla se había registrado un triunfo en el 100% para los diputados federales.
Jamás en la historia democrática de Puebla se había logrado un candidato que hubiera conquistado el voto para más de 140 municipios.
Todo esto cambió cuando un hombre mixteco de casi dos metros de altura decidió recorrer el estado hasta lograr su objetivo: convertirse en el gobernador más influyente de la historia de Puebla.
No se trata solo de un congreso ideológicamente afín y de la mayoría de presidencias municipales distribuidas por todo el estado. No se trata solo de un gobernador con una fuerza popular sin precedentes.
El gobernador electo tiene la estima personal de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, quien ha apoyado a todos los candidatos en sus visitas a Puebla, demostrando el poderío de la 4T. Con 16 votos más en el congreso y 2 millones de sufragios para su elección. El virtual gobernador por su capacidad de operación política se encuentra en la estima de la Dra. Claudia Sheinbaum.
Armenta gobernará en condiciones inmejorables para ejecutar el mandato que la gente le ha confiado: darle voz a los olvidados, representación a los más pobres. Su liderazgo no se limita a la mera administración, sino que apunta a transformar profundamente la vida de los ciudadanos, llevando progreso y justicia social a cada rincón del estado.
Quien alguna vez haya dicho que Puebla era un bastión panista estaba equivocado.
Quien alguna vez haya dicho que en Puebla no ganaba Morena, no conocía a Alejandro Armenta Mier.
Cuando alguien quiera hablar de poder, astucia política y determinación, que pronuncie el nombre del gobernador más influyente de la historia de Puebla.
