El 28 de noviembre se convirtió en una fecha histórica para Puebla y el país. La entidad se posicionó como la primera en reformar su estructura gubernamental, alineándola completamente con las reformas aprobadas por el Congreso de la Unión y promovidas por la presidenta Claudia Sheinbaum y la 4T.
Este paso reafirma la disposición de Puebla para ser un modelo de alineamiento político y administrativo con los valores fundamentales de la Cuarta Transformación.
Contaremos con un gobierno honesto, nadie puede a mi nombre acreditarse como amigo o familiar para conseguir audiencias ni lugar en la administración. 🫵🏼
— Alejandro Armenta (@armentapuebla_) December 3, 2024
Vamos a combatir la corrupción, no permitiremos extorsiones para ocupar espacios en la administración. pic.twitter.com/cSvuXek7Qo
Con esta reforma, liderada por el gobernador Alejandro Armenta, Puebla demuestra una visión clara y estratégica sobre lo que requiere un gobierno eficiente: justicia, transparencia y agilidad.
Es un hito que va más allá de los ajustes administrativos, representando un cambio profundo que prioriza a las personas como eje central de la administración pública, bajo los principios del humanismo mexicano.
Este enfoque asegura que las políticas gubernamentales estén fundamentadas en el respeto a la dignidad humana y el bienestar colectivo.
Entre las reformas destaca la creación de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, que integrará una visión ética con el desarrollo tecnológico; la transformación de la Secretaría de la Función Pública en la Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno, fortaleciendo la transparencia en la administración pública; y la implementación de una política digital que simplificará la interacción entre la ciudadanía y el gobierno.
Estos cambios no solo colocan a Puebla a la vanguardia nacional, sino que también la proyectan como un referente de buenas prácticas internacionales.
El liderazgo de Puebla en esta transformación no solo radica en la rapidez con la que ha adoptado las reformas, sino en el compromiso de construir un gobierno que responda a las demandas ciudadanas con eficacia y cercanía.
La bioética social, como principio rector, garantiza que ninguna persona sea excluida del progreso, promoviendo un estado más inclusivo y accesible.
En este sentido, Puebla no solo ha dado un paso hacia el futuro, sino que lo ha hecho con determinación y visión, alineándose con los principios que guían el gobierno federal.
El gobernador Armenta ha demostrado que con liderazgo y compromiso es posible construir una administración pública moderna, eficiente y justa, que refuerce la confianza de las y los ciudadanos en sus instituciones.
Este avance subraya el papel de Puebla como un actor clave en la consolidación de la Cuarta Transformación, contribuyendo al objetivo común de construir un México más equitativo, solidario y próspero.
La decisión de liderar esta reforma no solo es un triunfo para la entidad, sino un ejemplo para el resto del país de lo que significa gobernar con visión y compromiso hacia el bienestar de todas y todos.