Cuando parecía que el grupo de Eduardo Rivera Pérez se quedaría con la dirigencia estatal del PAN sin mayores contratiempos, el otrora grupo morenovallista se reorganizó y lanzó la dupla Mario Riestra-Genoveva Huerta para disputar las oficinas de la colonia Bugambilias.
Lalo Rivera y el grupo conservador buscan mantener la presidencia del partido, que ganaron con Augusta Díaz de Rivera hace tres años.
Los liderazgos opositores al exalcalde pidieron el voto de la militancia para elegir al nuevo dirigente. Sin embargo, el grupo contrario logró que se optara por el método de consejeros estatales.
Los exmorenovallistas se sentaron a organizar una estrategia para recuperar el control de Acción Nacional, que perdieron tras la muerte de Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso.
Tres de los liderazgos que más crecieron bajo la sombra de la pareja que gobernó Puebla encabezan esta estrategia.
Por un lado, Mario Riestra lidera la candidatura, secundado por Genoveva Huerta como aspirante a la secretaría general, y con Jorge Aguilar Chedraui como principal operador de la campaña.
La disputa por el PAN poblano se cerró con este movimiento. Los militantes inconformes con las decisiones tomadas en la última elección parecen inclinarse hacia Riestra.
El próximo año, Acción Nacional comenzará su trabajo rumbo a 2027 con un presupuesto cercano a 60 millones de pesos, una cifra nada despreciable, aunque es la mitad de los 116 millones que manejará Morena.
En los últimos días, el proceso de renovación se ha calentado. Unos acusan al grupo de Lalo Rivera de presionar a los consejeros para que se mantengan en su línea, mientras otros señalan a Jorge Aguilar de cooptar panistas para ganar adeptos para Riestra.
Sin duda, para el grupo de Lalo Rivera, perder la presidencia del PAN representaría un duro golpe, sumando otra derrota política en 2024.
Por ahora, ambos bandos afirman tener la mayoría. El próximo 15 de diciembre veremos quién tiene razón y cuántas traiciones se darán en el Consejo Estatal del PAN.