La migración, tanto regular como irregular, ha sido uno de los temas más debatidos en la relación México-Estados Unidos a lo largo de las últimas décadas, con la llegada de Donald Trump a la presidencia, este tema adquirió una nueva intensidad, marcada especialmente por la retórica dura y la implementación de políticas migratorias restrictivas que generaron consecuencias profundas para millones de personas.
Durante su mandato, Trump transformó las políticas migratorias en la frontera sur de Estados Unidos. Desde la implementación de la política de “Tolerancia Cero” que separaba familias migrantes hasta la controversia del programa “Remain in Mexico” (o Protocolos de Protección al Migrante, MPP), el enfoque fue claro: disuadir la migración y endurecer las barreras legales de entrada.
#Mañanera ☀ | 🇲🇽 Un homenaje a los paisanos.
— Periódico Acento 21 (@acento21mx) December 18, 2024
Durante la Mañanera del Pueblo, la presidenta @Claudiashein presentó un himno dedicado a los migrantes en este #DíaDelMigrante🎶❤️ pic.twitter.com/jlk57l1Gld
Para los migrantes de origen mexicano y centroamericano, estas medidas representaron no solo desacuerdos legales, sino también graves problemas humanitarios.
El flujo de personas en busca de oportunidades o protección internacional no se detuvo; en cambio, se reconfiguraron las rutas migratorias hacia peligrosos caminos que frecuentemente involucran la explotación por redes de tráfico, por lo que nos queda observar qué medidas implementa durante su segundo mandato.
El papel de México: Desde el Contención hasta la Protección
Uno de los aspectos más controversiales del impacto de Trump en la región fue la dependencia estratégica que tuvo de México para controlar la migración.
Su amenaza de imponer aranceles llevó a nuestro país a desplegar la Guardia Nacional en las fronteras norte y sur, asumiendo un papel de contención.
Este cambio provocó críticas tanto internas como internacionales, ya que obligó a México a equilibrar sus compromisos con Estados Unidos y su responsabilidad humanitaria hacia quienes huyen de la violencia y la pobreza.
A nivel legislativo, México se encuentra constantemente revisando sus leyes migratorias para adaptar políticas que aborden estas realidades cambiantes.
Normativas mexicanas como la Ley de Migración, regulada por el Instituto Nacional de Migración, buscan garantizar mecanismos de protección para los migrantes mientras enfrentan presiones internacionales.
Lecciones y un Llamado al Futuro
Hoy día, Trump esta a dias de regresar a la Casa Blanca y el debate migratorio sigue vivo, por lo que muchos temen una reedición de políticas.
Esto nos deja importantes reflexiones: es crucial para México defender un enfoque de derechos humanos en sus políticas migratorias y trabajar hacia soluciones colectivas con la comunidad internacional.
Ante la posible mayor vigilancia e incluso criminalización de los migrantes, tanto el gobierno mexicano como las organizaciones civiles deben asumir un papel más proactivo para proteger a quienes se ven obligados a huir de sus países.
En última instancia, la migración no puede ser vista únicamente como un problema de seguridad, sino como un fenómeno humano que requiere empatía y colaboración regional.
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Desde el Instituto de Atención al Migrante en el Estado de Puebla, estamos contemplando y tomando acciones ante un escenario drástico en supuesto de que exista una política agresiva de deportación hacia varios de nuestros paisanos migrantes que se encuentran en el país vecino del norte.
Esperamos que esto no suceda, pues es bien sabido por todos la importancia del trabajo que realizan nuestros connacionales en diversos rubros del sector económico.
Dr. Luis Tiffaine Alvarez