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Atacar el problema de RAÍZ, con las SEMILLAS del futuro

En el último mes, México ha sido escenario de varios hechos violentos que reflejan la compleja situación de seguridad en el país. Esto nos lleva a reflexionar sobre las políticas públicas prioritarias que determinarán el rumbo de la recomposición del tejido social.

Haciendo alusión a abril, el mes en que festejamos a las infancias, ellos son realmente la cura de muchos de nuestros males sociales.

Es necesario mejorar la base de manera inmediata, para que estas nuevas generaciones crezcan con valores firmes, principios y normas éticas claras, como la honestidad, el respeto, la responsabilidad y la empatía.

Estos valores les proporcionan una base sólida para tomar decisiones correctas, manejar sus relaciones de manera positiva y afrontar los problemas del día a día con integridad, contribuyendo positivamente a la sociedad.

Regenerar el tejido social a través de la niñez es una estrategia clave, ya que los niños son agentes de cambio del futuro. Invertir en su desarrollo no solo mejora su bienestar individual, sino que también fortalece a la comunidad en su conjunto.

Es importante potenciar políticas públicas que contribuyan a reforzar la educación comunitaria a través de escuelas inclusivas y equitativas, así como fomentar la participación infantil en espacios donde puedan expresar sus opiniones, preocupaciones y propuestas.

Por otra parte, es vital habilitar lugares recreativos y culturales como centros comunitarios y parques, donde ellos puedan interactuar, jugar, desarrollar su creatividad, el trabajo en equipo y el liderazgo positivo; donde se les permita concientizar que pueden ser agentes de cambio en sus comunidades.

Hay que promover la seguridad y el bienestar emocional por medio de programas de apoyo psicológico, especialmente para aquellos que provienen de entornos de violencia o vulnerabilidad. Recordemos que un niño emocionalmente equilibrado tiene más posibilidades de convertirse en un adulto que aporta al bienestar colectivo.

El problema de fondo proviene de los núcleos familiares, por eso hay que impulsar programas que ayuden a los padres a brindar una crianza positiva, gestionar conflictos familiares y apoyar el desarrollo emocional y educativo de sus hijos.

También se debe fomentar la identidad y el sentido de pertenencia a través de proyectos comunitarios, donde se involucren en actividades de restauración del entorno, como huertos urbanos, limpieza de parques, faenas. Que sientan que su esfuerzo ayuda a construir un mejor lugar dentro de su espacio cotidiano y esto les genere seguridad y confianza.

Somos conscientes de que regenerar el tejido social es un proceso a largo plazo. Muy probablemente yo no llegue a ser testigo, sin embargo, tengo la esperanza de que mi hijo y mis nietos sí.

Por ellos y los venideros vale la pena cada esfuerzo, porque las decisiones y acciones de HOY construirán el mundo en el que vivirán MAÑANA.