Más de mil migrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños, arribaron ayer a Huixtla, Chiapas, como parte de la caravana migrante autodenominada “Éxodo de la pobreza”, que busca llegar a Estados Unidos para solicitar asilo.
Los migrantes salieron el pasado 15 de diciembre de San Pedro Sula, Honduras, y cruzaron la frontera con Guatemala el día 18, donde se les unieron otros grupos de salvadoreños y nicaragüenses. Tras recorrer más de 400 kilómetros a pie, en autobuses o en camiones, llegaron a la ciudad fronteriza de Tapachula, donde pernoctaron el sábado.
El domingo, reanudaron su marcha hacia el norte y caminaron unos 40 kilómetros hasta Huixtla, donde fueron recibidos por organizaciones civiles y religiosas que les brindaron alimentos, agua, ropa y atención médica. Algunos de los migrantes presentaban ampollas, deshidratación, infecciones respiratorias y gastrointestinales.
Los migrantes se alojaron en el albergue “La Casa del Migrante”, donde pasaron la noche. Hoy, planean continuar su ruta hacia Mapastepec, a unos 60 kilómetros de distancia. Su objetivo es llegar a la Ciudad de México, donde esperan reunirse con otras caravanas y solicitar una visa humanitaria al gobierno mexicano.
Los integrantes de la caravana migrante aseguran que huyen de la pobreza, la violencia y la corrupción que azotan a sus países de origen, y que buscan una oportunidad de una vida mejor en Estados Unidos. Sin embargo, también son conscientes de los riesgos y dificultades que enfrentan en su travesía, como la extorsión, el secuestro, el robo, la violación y la deportación.
Además, saben que el gobierno estadounidense ha endurecido su política migratoria y ha presionado a México para que contenga el flujo de migrantes. Según datos de la Secretaría de Gobernación, entre enero y noviembre de este año, México ha deportado a más de 200 mil migrantes, la mayoría centroamericanos.
La caravana migrante autodenominada “Éxodo de la pobreza” es la primera que se forma después de la crisis humanitaria que se vivió en la frontera sur de México en octubre, cuando miles de migrantes haitianos intentaron cruzar el río Suchiate y fueron reprimidos por la Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migración.
La situación generó indignación y protestas a nivel nacional e internacional, y obligó al gobierno mexicano a cambiar su estrategia en materia migratoria, que ahora contempla, entre otros puntos, la restructuración de la Comisión Intersecretarial de Atención Integral en Materia Migratoria (Ciaimm) y la ampliación de los programas sociales y laborales para los migrantes.
Sin embargo, estas medidas aún no se han implementado de manera efectiva, y los migrantes siguen enfrentando condiciones precarias y vulnerables en su paso por México. Por ello, muchos de ellos prefieren seguir adelante con su sueño de llegar a Estados Unidos, a pesar de las adversidades.