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Un enorme fragmento de desechos de la Estación Espacial Internacional se precipitó hacia la Tierra durante el último fin de semana.

Se trata de una plataforma de carga de tres toneladas, compuesta por nueve baterías, que enfrentó su destrucción inminente en la atmósfera terrestre tres años después de cumplir su misión en la Estación Espacial Internacional (EEI).

Esta plataforma, denominada ‘Exposed Pallet 9’ (EP9), fue lanzada desde la EEI en marzo de 2021 y recientemente se encontró al borde de la destrucción al regresar a la atmósfera terrestre. Además, cabe destacar que se trata del fragmento más grande de basura espacial desechado desde la Estación Espacial Internacional en ese periodo.

El descarte de equipos utilizados o innecesarios de esta manera es una práctica común en la EEI, ya que estos objetos suelen quemarse sin causar daño en la atmósfera terrestre. Antes del reingreso de EP9, la Oficina Federal de Protección Civil y Ayuda en Casos de Desastre de Alemania emitió la siguiente información: “Entre el mediodía del 8 de marzo y el mediodía del 9 de marzo, se espera que un objeto espacial más grande vuelva a entrar en la atmósfera de la Tierra y posiblemente se fragmente. El objeto son baterías de la Estación Espacial Internacional. Es posible que se produzcan fenómenos luminosos o la percepción de una explosión sónica”.

Antes de que EP9 reingresara a la Tierra, el rastreador satelital Marco Langbroek avistó las nueve baterías mientras pasaba sobre los Países Bajos y compartió un video de este evento en la red social X (anteriormente Twitter).

EP9 se quemó antes de llegar a la Tierra. En mayo de 2020, un buque de carga japonés, dirigido por la Agencia Espacial de Japón (JAXA), llegó a la Estación Espacial Internacional transportando hasta seis baterías de iones de litio. Estas baterías reemplazaron a las de níquel-hidrógeno que pesaban aproximadamente tres toneladas. Después de casi cuatro años, este conjunto de baterías volvió a ingresar a la atmósfera de manera natural para quemarse antes de llegar a la Tierra, siguiendo los protocolos de seguridad estándar diseñados para limitar los riesgos asociados con la reentrada de naves espaciales, vehículos de lanzamiento y hardware operativo.