El lunes, un grupo armado atacó y mató a 13 policías en el municipio de Coyuca de Benítez, en el estado de Guerrero.
Entre los fallecidos se encontraban el secretario de Seguridad municipal y el director de la Policía Preventiva. El presidente Andrés Manuel López Obrador informó que se desplegaron 300 elementos de la Guardia Nacional para reforzar la seguridad en la zona y expresó su solidaridad con los familiares de los policías. La Fiscalía General del Estado abrió una investigación para esclarecer los hechos y dar con los responsables. El estado de Guerrero es uno de los más golpeados por la violencia del crimen organizado, que se disputa el control del territorio y las actividades ilícitas. Según datos oficiales, Guerrero ocupa el séptimo lugar nacional en número de homicidios, con 1,280 asesinatos en los primeros tres trimestres de 2023.
El ataque ocurrió alrededor de las 11:30 horas, cuando los policías realizaban un recorrido de vigilancia por la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo. Los agresores les dispararon desde varios vehículos y luego huyeron del lugar. Los policías respondieron al fuego, pero no pudieron repeler la emboscada. Algunos de los policías heridos fueron trasladados a hospitales cercanos, donde se reportan graves.
El gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, condenó el ataque y dijo que se trata de un acto de cobardía contra las instituciones de seguridad. Aseguró que se brindará todo el apoyo a los familiares de las víctimas y que se coordinará con el gobierno federal para restablecer el orden en la zona. Asimismo, pidió a la población mantener la calma y confiar en las autoridades.
El estado de Guerrero ha sido escenario de múltiples enfrentamientos entre grupos criminales que se disputan el control del territorio y las actividades ilícitas, como el tráfico de drogas, la extorsión y el secuestro. Entre los grupos más violentos se encuentran el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel del Sur (CDS) y la Familia Michoacana (FM). Estos grupos han atacado tanto a civiles como a fuerzas de seguridad, generando una situación de inseguridad y violencia en la entidad.
El gobierno federal ha implementado diversas estrategias para combatir al crimen organizado en Guerrero, como el despliegue de la Guardia Nacional, la creación de coordinaciones regionales para la paz y la seguridad, y el fortalecimiento de las capacidades de las policías estatales y municipales. Sin embargo, estos esfuerzos no han logrado contener la violencia ni garantizar la seguridad de la población. El presidente López Obrador ha reconocido que Guerrero es uno de los estados más difíciles para pacificar y ha pedido a los ciudadanos colaborar con las autoridades para denunciar a los delincuentes.
