Claudia Sheinbaum demostró ser una contendiente formidable en el debate, enfrentando las críticas con respuestas bien fundamentadas y destacando su historial como jefa de Gobierno. Frente a los ataques de Xóchitl Gálvez sobre su supuesta insensibilidad en tragedias pasadas, Sheinbaum respondió con datos y ejemplos específicos de cómo su gobierno trabajó para mejorar la seguridad y la respuesta a emergencias.
Además de su defensa, Sheinbaum fue proactiva al presentar sus propuestas para el futuro, centradas en la educación, la salud y la infraestructura. Argumentó que estas áreas son cruciales para el desarrollo continuo de México y expuso planes detallados para expandir los programas existentes y introducir nuevas iniciativas que beneficiarían a la población a largo plazo.
Este segmento del debate no solo sirvió para contrarrestar las críticas sino también para posicionarse como una líder visionaria con un plan claro y tangible para el país. Sheinbaum articuló su compromiso con un gobierno eficiente y responsable, marcando un fuerte contraste con Gálvez, cuya campaña, según Sheinbaum, carecía de la misma profundidad y concreción.